jueves, 19 de julio de 2012

Taita ve mi diente

Según los antiguos habitantes de esta zona, se dice de que en aquellos tiempos era muy peculiar que el diablo se materialice tratando de espantar a la gente.


Taita ve mi diente
Taita ve mi diente

Una de estas experiencias la vivió el antiguo mayordomo de la hacienda Vilcahuaura Don Juan Pimentel Baldeón, quién buscando una noche a una res de lidia (ganado bravo), escucho el llanto lastimero de un niño recién nacido proveniente del sembrío de algodón, suponiendo que era un crio abandonado por alguna indígena desnaturalizada, desmontó y al acercase hacia donde provenía el llanto, más grande fue su sorpresa al encontrar un hermoso bebe cuyos cabellos rubios resplandecían con la luz de la luna llena y envuelto en fajines indígenas.


Maldiciendo a la mala madre indígena, Don Juan, trató de subir al caballo con la criatura cargada, pero fue su sorpresa mayor viendo

que el caballo corcoveaba y relinchaba como si tuviese candela sobre el lomo, y como era un buen jinete logro montarlo, mas no logrando así calmarlo, emprendió su camino hacia el caserío de Vilcahuaura, comenzando a impacientarse al sentir que el bebe que llevaba entre sus brazos comenzó a pesar más, para luego escuchar una voz aguda y tenebrosa que le dijo “¡Taita ve mi diente!..” al destapar el fajín de la cara del niño, contempló un grotesco diente morado acompañado de un solo ojo en el rostro de la criatura, horrorizado arrojo al crio explotando este mismo al contacto con el suelo, despidiendo un olor a azufre mientras se alejaba velozmente con el caballo escuchaba atrás el retumbar cual si fue perseguido por una bestia gigante, cosa que se disipó al llegar a la hacienda Vilcahuara.

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