lunes, 29 de octubre de 2012

El Hechizo de la Lupuna

En el pueblo escuchamos hablar de la Lupuna colorada y queríamos conocerla, sabíamos que era un árbol frecuentado por malvados hechiceros.

El Hechizo de la Lupuna
Árbol Lupuna
Entonces nos internamos en el bosque por una senda oculta tapizada por hojarascas húmedas. Íbamos saltando de tronco en tronco para no pisar las espinas de las ñejillas. Sus finas espinas regadas por todas partes retardaban nuestra penosa caminata.

Los Diablos del Monte

Don Lobo, un experto montaraz, iba casi a diario cazar Huanganas en un monte lejano y solitario. En la búsqueda de los cerdos salvajes, encontró un día, un bosque de wicungos con sus frutos ya maduros, frutos que son el alimento predilecto de estos animales salvajes. Los recogió pacientemente y llenó su bolsa de chambira.

Diablos del Monte
Diablos del Monte
En el suelo, quedaban aún las frescas pisadas de las Huanganas. (Son de una gran manada), se dijo a sí mismo don Lobo. Esa información fue suficiente para él y retornó a su casa contento de su suerte. Al día siguiente regresó al mismo lugar para levantar una barbacoa, una especie de altillo, desde donde dispararía a sus presas.

La Runamula

2 versiones de la Runamula.
La Runamula
La Runamula

viernes, 26 de octubre de 2012

El Barco fantasma

Según la leyenda amazónica, es un barco que emerge de las aguas, lentamente, con aspecto centellante, con ventanas rojas y se oye una fiesta en su interior, haciendo que por las ventanas salga una curiosa luz roja. El contenido de las conversaciones son lenguas extranjeras y, según, el mito la vestimenta de sus pasajeros y tripulantes son un aspecto medieval. Se mantiene por las aguas surcando por un tiempo, para luego sumergirse como apareció.

Barco Fantasma
Barco Fantasma

El Mapinguari o padre monte

Es un espíritu protector al que puede verse como una gran bestia bípeda, del tamaño de dos hombres adultos, llena de pelos y capaz de lanzar un olor terrible que usa para castigar y noquear a los cazadores furtivos y otros que no respeten la selva, junto con su descomunal fuerza y filudísimas garras. A veces se presenta en los mitos como un oso con un pie vuelto hacia atrás o de algún otro animal a la manera del chullachaqui. Otros mitos lo muestran como un monstruo peludo con una boca en el vientre.

Mapinguari
Mapinguari
Algunos creen sin embargo que es un animal que existiría realmente en lo profundo de la selva, una especie gigantesca de perezoso.

Motelo mama

Es una inmensa tortuga la cual lleva sobre su caparazón un pedazo de selva que crece sobre ella.

Motelo Mama
Motelo Mama
Madre de todos los quelonios de la selva amazónica que permanece inmóvil por mucho tiempo, creciéndole sobre su cuerpo plantas, logrando engañar a sus víctimas que sin lugar a duda se acercan sin temor.

Cuando se mueve provoca movimientos de tierra y agua que se asemejan a un pequeño cataclismo, se dice que su tiempo de vida es infinito, se cree que existió siempre.

Simpira

Es el señor del panshin nete o mundo amarillo. Es mostrado como un inmenso jaguar negro, que posee en algunos mitos cuernos de taruka o venado. Pero lo que lo caracteriza es una de sus patas delanteras de color blanco y en forma de tirabuzón, la cual puede extender de manera interminable como si de una serpiente infinita se tratase. La usa para atrapar a los pecadores y maldecidos que merecen formar parte de su infierno en compañía de otros pecadores, los que se convierten en bestias selváticas de su séquito por toda la eternidad.

Simpira
Simpira

La Chicua

Es como una especie de gavilán nocturno, ave muy rara de encontrar, que dicen tiene el plumaje marrón. De su canto agorero y mágico toma su nombre, por las noches suele cantar chicua... chicua..., hasta perderse en el monte y su canto produce escalofrío en la gente que lo escucha.

La Chicua
La Chicua
También es considerado un maligno “diablo” enviado por algún brujo malero, o uno de estos brujos que busca vengarse de alguien. Cuando canta cerca de una casa la gente se pregunta a quién habrá venido a buscar ese maldito pájaro.

Además, los mitayeros (cazadores) y pescadores creen que si escuchan el canto de la Chicua, es porque sus parejas les están siendo infieles durante sus ausencias.

El Runapuma o Yanapuma

Cuentan que antiguamente, existían brujos maleros que llegaban a tener pactos con los demonios de la selva. Eran poderosos haciendo el mal y sus afanes de tener cada vez más y más poder llegaban al estado en que tenían necesidad de beber sangre y comer carne humana.

El Runapuma
El Runapuma
Claro, estos brujos vivían en lo más apartado de la selva y casi siempre solos. Dominaban los secretos para trasformarse en Runapuma, cuando sentían necesidad de alimentarse. Hacían sus invocaciones por medio de icáros “cantos mágicos de poder” pidiendo fuerza a los demonios del monte y entonces se convertían en hermosos jaguares hambrientos totalmente negros. Así, atacaban a sus víctimas, sin importarles que estuvieran armadas o en compañía de otras personas. No le temían a nada ni nadie porque se sentían protegidos. Satisfecho su apetito, volvían a convertirse en hombres casi normales.

La Tanrilla

Es una garza pequeña, muy bonita y prosista – “coqueta” – que dicen, tiene en sus finas y largas patitas un secreto para hacer encantamientos de amor. Que cuando el curandero recibe el encargo de preparar el filtro de amor, deberá cazarla mediante un tiro de pucuna “dardo de cerbatana” pero también deberá estar dietando por varios días. Extraídos los huesitos de las patitas, los limpia y prepara mediante icáros “cantos mágicos”.

La Tanrilla
La Tanrilla
Quitada la médula, estos quedan como tubitos y es a través de estos que el enamorado, debe espiar a la mujer elegida “como si fuera un largavista”. Pero ojo, la muchacha no debe saber que es observada. Y, si la operación ha sido bien hecha, a los pocos días aceptará gustosa los requerimientos del galán.

La Sirena

Es otro de los “encantos”, personaje mágico de la amazonía. Dicen que vive solitaria, pero siempre en busca de compañero, en las profundidades de los ríos y cochas, que sube a la superficie por medio de las muyunas o remolinos. Entonces, en una playa solitaria o en un barranco cercano de agua, canta con dulce acento lastimero y si algún joven la escucha, será atraído hacia ese lugar y terminará rindiéndose ante ella. Seducido por los encantos y la ternura de la sirena, el hombre lo abandonará todo y se marchará con ella para siempre.

Los familiares del desaparecido dirán entonces: se habrá ahogado, pero el cuerpo jamás será encontrado y si se consulta con un buen chaman ayahuasquero; seguro les dirá que la sirena lo ha encantado y lo llevó a vivir con ella, a su reino de las profundidades.

El Urcututo

Es un búho grande que vive en lo profundo de la selva, en la copa de los árboles más grandes, es un gran cazador nocturno. Cuenta la leyenda que ciertos brujos maleros llegan a tener “pactos secretos” con los urcututos y entonces lo utilizan para enviar virotes o dardos mágicos, que serán descargados sobre el enemigo elegido, con el fin de causarle daño por venganza.

Urcututo
Urcututo
También suelen ser enviados como mensajeros, para espiar el lugar donde se realizan las sesiones de ayahuasca, como cuidador, cuando se va a tratar a un enfermo que el mismo brujo daña. Considerado como un animal de mal augurio por algunos y de buena suerte para otros, es el rey de la noche.
jueves, 25 de octubre de 2012

El Yacuruna

“Yacu” = agua o río, “Runa”= hombre o gente. Es el espíritu mágico más importante de la selva baja. Manda sobre todos los animales y genios del agua, suele ser invocado por los chamanes y curanderos, en las sesiones de ayahuasca, tanto para hacer el bien como para hacer el mal.

El Yacuruna
El Yacuruna
Cuentan que se traslada por los ríos y quebradas, y entra en las cochas montado en un enorme cocodrilo “lagarto negro”.

Cuando viaja, se adorna con cinturones y collares de feroces boas negras y va calzado con cascos de tortugas de taricayas o charapas.

Son similares a los tsunki o tsungi de otros mitos.

El Ayaymama

Cuenta la leyenda que una epidemia estaba acabando con la gente de una comunidad nativa. Que la madre de dos niños, sintiéndose con los primeros síntomas de la enfermedad, quiso salvar del mal a sus pequeños y entonces los llevó al monte, muy lejos y los dejó en ese lugar. Cerca de una linda quebrada, abundante en peces y árboles frutales. Con gran pena los dejó, sabiendo que no los volvería a ver más. Ellos jugaron, comieron frutos y se bañaron en la quebradita, pero ya en la noche sintieron la falta de su madre y partieron en su búsqueda pero se perdieron en el monte.

El Ayaymama
El Ayaymama
Asustados, llorando de pena decían cómo no ser aves para poder volar donde mamá. Y el dueño del monte tuvo pena y los convirtió en avecitas y ellos volaron, pero cuando llegaron a su pueblo vieron que ya nadie vivía, todos habían muerto. Desde entonces no dejan de volar y volar, y cuando se posan en lo alto de un árbol, cansados de buscar a su madre, hacen oír su canto lastimero ayaymamá... ayaymamá...

El Tunchi Maligno

Vaga por las noches oscuras de la selva, como alma en pena, unos dicen que es un ave, otros que es un brujo o un espíritu del mal “diablo” que goza aterrorizando a la gente. Pero nadie lo ha visto, y todos lo reconocen con temor cuando en plena oscuridad lanza al aire un silbido penetrante “fin....fin...fin...” que por instantes se pierde en el monte a lo lejos, pero vuelve a silbar ya sobre el techo de una casa o a la orilla del río. Todo es tan rápido que la gente solo atina a persignarse o rezar, porque existe la creencia de que cuando silva con insistencia, por los alrededores de un pueblo, anuncia malos presagios y cuando lo hace sobre una casa, enfermedad o muerte.

Burlarse del tunchi o tunche, insultarlo, puede costarle caro al atrevido, ya que lo hará enfurecer y entonces atacará con mayor insistencia, silbando... silbando... lo perseguirá tanto que hasta el más valiente terminará entrando en pánico, que puede llevarlo a la locura o muerte...

EL bufeo colorado

Al delfín rosado del Amazonas la gente lo llama, simplemente, bufeo colorado y así lo distinguen de sus otros hermanos que son de color gris. La leyenda de que el bufeo, como ser o duende “encantado” que es, puede transformarse en un hombre “gringo” al que le gustan las mujeres jóvenes y bas. Así, con esa apariencia, suele presentarse a la fiesta en la que participa la chica elegida. Como viajero de paso, baila y enamora a la muchacha, invita a beber a todos los participantes y así se gana la simpatía general. Pero él no come ni menos bebe licor, porque si se emborracha, se rompería el encantamiento y se descubriría quién es.

Cuando la muchacha ya es la enamorada del bufeo, él la colma de regalos y atenciones. La visita siempre por las noches y se marcha antes del amanecer. Así poco tiempo, la mujer enamorada empieza a mostrar una conducta extraña, porque quiere permanecer todo el tiempo junto al río y si ésta situación no es notada a tiempo por sus familiares y no la mandan a curar a un buen chaman, puede terminar desapareciendo, ya que en su deseo de estar siempre junto a su gringo “bufeo” enamorado, terminará arrojándose al río para no salir jamás.

La Sachamama

Es una boa gigantesca y solitaria, que vive en tierras pantanosas de selva adentro. Llega un tiempo de su vida, quizá milenaria, en que se incrementa su peso, es tal que ya no puede reptar, entonces busca un lugar para vivir permanentemente. Entonces libra, con su poderosa cola, un espacio lo suficientemente amplio, allí pone su cabeza y espera. El gran poder de atracción que tiene le permite halar a sus víctimas hacia esa especie de chacra que forma delante de su cabeza.

Entonces, cualquier animal u hombre que, por ignorancia o descuido, pase por su delante ve solamente su cabeza. Pero ya será muy tarde. Porque habrá caído en el campo imantado de la Sachamama, atraído hacia su poderosa mandíbula, para luego ser triturado y tragado. Satisfecha su hambre, se pondrá a dormir por una larga temporada.

Otros mitos cuentan que es la encarnación del espíritu de los rios de la amazonía.

El Tunchi

Es el espíritu de los muertos, que regresan del otro mundo a cumplir alguna penitencia o el alma de los que van a morir y están recogiendo sus pasos antes de abandonar la tierra. Estas almas en pena, son entes etéreos que se anuncian a los vivos con un silbido lúgubre muy característico, con la resonancia de sus pisadas o con ruidos de las cosas o muebles que tocan causando temor y espanto a los que escuchan. Algunas veces los tunchis se materializan bajo la forma de espectros o fantasmas de blancas vestiduras, que se desplazan a baja altura sin tocar el suelo.

La Runamula (Definición 2)

La Runa mula: una “mujer o gente” más mula “cruce de caballo con burra”.

Runamula
Runamula
Es con la llegada de los primeros misioneros españoles que nace la leyenda. Cuenta que cuando una mujer casada o comprometida, nativa o mestiza seducía o era conquistada por un misionero, por raro sortilegio, se convertía en un duende con cuerpo de mula, cabeza y pecho de mujer, que vagaba en las noche de luna llena asustando a los pobladores de los pueblos y caseríos, con sus relinchos espeluznantes y el ruido producido por sus cascos, al galopar sin rumbo por los alrededores. La gente sabía entonces que había allí una mujer que mantenía relaciones prohibidas.

Entonces, los más valientes, perseguían al animal encantado para ver en qué casa se metía o hacia donde se dirigía cuando terminaba el encantamiento. La infiel descubierta, tenía que ser llevada ante un buen curandero para que la curara, mediante baños y sesiones de ayahuasca, liberándola del hechizo que sufría por mantener amores prohibidos.

La Runa Mula (Definición 1)

La Runa Mula, es una mujer casada que tiene relaciones sentimentales con el cura. Ésta, en las noches de los martes y viernes, toma la forma de una blanca y hermosa mula, la misma que es montada por un pequeño jinete con látigo en la mano. Cuando éste llegaba a la casa de la mujer, ella se revolcaba por el suelo y al instante quedaba convertida en mula.

Runamula
Runamula
El diablillo jinete montaba y luego de darle con furia con la rienda sobre las ancas, salían a todo galope por las calles botando chispas de candela, tanto del anca como del piso. Cuenta la tradición que para saber qué mujer era la que convivía con el cura, se tenía que disponer de una hebra larga de soga de caballo, la que se atravesaba en la calle, porque iba a pasar la runa mula y al tomar contacto con la rienda, la mula tomaba forma natural de mujer.

El Chullachaqui (Definición 2)

Duende o diablillo de selva, pequeño de estatura, viste siempre una cushma o ponchito colorado cuando va a trabajar a su chacra o anda de paseo. Puede transformarse tomando la forma o figura de cualquier persona o animal, cuando quiere atrapar una nueva y bella doncella y hacerla perder en el monte para siempre. Se cuenta que las personas perdidas en la selva suelen encontrarlo.

El Chullachaqui no vuelve aparecer en el mundo real, y su víctima pasa a formar a las legiones de duendes de este diablillo, de las cuales es el jefe absoluto. En lo profundo de la selva posee chacras donde cultiva sus alimentos, que resultan ser plantas venenosas similares a la papa, la yuca y otros vegetales alimenticios.

El Chullachaqui (Definición 1)

El chulla chaqui es el diablo burlón de los bosques de la selva, que suele aparecerse a la gente en forma de animal o de mismo hombre, para engañarla y llevarla al fondo de la selva. Sin embargo, cuando se transforma en hombre es fácil reconocerle, porque el pie izquierdo es como de una criatura recién nacida o como raíz de árbol o como pata de jaguar, aunque el condenado, procura ocultar ese pie de cualquier modo. Además, se delata por el fuerte olor a chivo que despide, y la gente, entonces, ya se halla en guardia: reza y hace cruces con los dedos o con ramas. Pero son a los niños, generalmente, a los que rapta.

A los niños que se quedan solos en las chacras o que andan así por los caminos. ¿Cómo puede un niño resistir el deseo de adueñarse, por ejemplo de una gallina blanca con primorosos pollitos, que de pronto se les aparecen y entran en el bosque?, ¿O de coger un pajarito de bello plumaje que se detiene junto a él y entra luego en el bosque suavemente cantando?, ¿O de seguir a su padre, madre u otro pariente (que no son tales sino el diablo convertido en ellos), que de improviso se les presentan? Ya en el interior del bosque, el Chulla Chaqui recobra su horrible figura de diablo y cuelga a sus víctimas de los cabellos en las ramas de los árboles más altos, tirándoles de las orejas, burlándose, riéndose de ellos.

El Paititi

Desde los lejanos tiempos de la Conquista se ha hablado de la existencia de "ciudades perdidas", del legendario Paititi y de las fabulosas riquezas escondidas entre la floresta del Departamento de Madre de Dios, encaramadas en las estribaciones de los Andes que penetran como espolones en la selva virgen.

Numerosas han sido las expediciones que se han realizado para encontrarlas, sin que ninguno de los exploradores las haya localizado hasta ahora. Al respecto dice el Padre Aza en sus "Apuntes para la Historia de Madre de Dios", que el Padre Cenitagoya, también misionero dominico, le informó sobre monumentos de respetable antigüedad encontrados en una expedición al río Pantiacolla, cuando se estableció la Misión que lleva el mismo nombre. Dichos restos, de los que antes no se tenía noticia alguna, consisten en inscripciones y figuras grabadas en roca en una tensión de once metros de largo por dos de ancho.

El Mapinguay

El Mapinguay es un enorme y corpulento animal, de un sólo ojo y con las patas traseras como de buey terminadas en garras. La única manera de destruirlo es cortándole el ojo.

Pero cuentan de un hombre que para librar a su hijo, a quien se llevaba el mapinguay, le arrojó ácido muriático a la cara. El monstruo, lleno de rabia, soltó al muchacho y abrió la desdentada boca abalanzándose contra el hombre, instante que este aprovechó para meter su mano por la boca del animal y cogiéndole la cola con toda fuerza jaló dándole vuelta al cuerpo del mapinguay y dejando al descubierto todo su interior.

Así murió el terrible monstruo pero sus congéneres siguen vagando por la inmensa selva.

El Chullachaqui

Calixto, era un joven que residía en la zona rural, muy distante del pueblo. Todos los fines de semana iba a vender sus productos agrícolas y se hospedaba donde su tío. El lunes muy temprano retornaba por un angosto camino que le conducía hasta su casa, atravesando un amplio monte lleno de animales peligrosos.

No tenía miedo, era valiente, un fin de semana se adelantó en volver, era "domingo siete". -Calixto, quédate, es un día malo... -dijo su tío. El joven hizo caso omiso a la petición de su tío. Arribó al atardecer a su casa y escuchó silbar a las perdices al filo de la chacra, cogió su escopeta y se fue a cazar.

La Yacumama

Tradición, mito o leyenda son los relatos que desde tiempos inmemorables van de boca en boca entre los habitantes de la selva, estremeciéndolos de pavor, especialmente en las noches de luna cuando un abuelo los cuenta.

En lo profundo de un bosque impenetrable por su exuberante vegetación, había un lago muy poco conocido por los que vivían en las proximidades de ese lugar.