lunes, 4 de junio de 2012

El Toro de Oro, enigma oculto de Jatun Uchcu

Jatun Uchcu, es considerado hoy no solo un lugar turístico, sino un yacimiento de increíbles historias contadas por los pobladores, y que hasta ahora no ha podido ser explorada con intensidad, debido a su profundidad (la falta de oxígeno) y su peligrosidad que desalienta al explorador e investigador a estudiarla. Todos los que han tratado de ingresar, aseguran haber oído hablar que en el fondo hay un toro de oro amarra-do a un frondoso árbol de naranjo, cuyos frutos son también de oro y que está rodeado de hombres petrificados y que es vigilado por un indio de vestidura reluciente. Se dice que este personaje, en las noches de tranquilidad y luna llena, sale a la superficie a tocar su quena con una delicada melancolía. Manuel Nieves Fabián, en su libro «Mitos y Leyendas de Huánuco» nos relata: «Se cuenta que una noche, un hombre que había salido de su casa, volvió y gritando: ‘¡Encanto!, ¡Encanto!, ¡vengan todos! En el cerro hay un hombre como si fuera de plata, brilla como la luna y hasta empaña la vista. ¡Vengan!, ahí está tocando su quena y bailando sobre una piedra. Al escuchar los gritos salieron corriendo sus familiares y sus vecinos, pero no vieron a nadie, sólo la luna alumbraba como si fuera de día.

El Toro de Oro - Jatun Uchcu
El Toro de Oro - Jatun Uchcu
El hombre no se explicaba cómo había desaparecido tan rápido e intrigado se quedó toda la noche para ver si aparecía nuevamente. Al amanecer, se dirigió a la casa de Tayta Allico para que le explicara sobre el hombre de Jatun Uchcu. El anciano le respondió contando la siguiente historia: El hombre que aparece sobre la puerta de Jatun Uchcu, allá, hace muchos años atrás, había matado a su padre. En castigo, la justicia le condenó a veinte años de cárcel. Cuando se encontraba en prisión se le presentó el demonio y le propuso libertad con la única condición, que al morir su alma le serviría de esclavo. El hombre ni corto ni perezoso aceptó la propuesta y en un abrir y cerrar de ojos, fue puesto en libertad. Cuando ya se encontraba libre, nuevamente se le apareció el demonio para recordar-le el compromiso pactado.

El Pillco Mozo, el eterno guardian Chupaychu

Manuel Nieves Fabián en su libro "Mitos y Leyendas de Huánuco" relata: "La leyenda dice que el joven Chupaycho Cunyag se enamoró perdidamente de la bella princesa Pillco Huayta, hija del valeroso curaca Achapuri Inquil Tupac. Su amor fue tan profundo que ambos jóvenes terminaron amándose. El padre, al enterarse de la osadía de su hija, se opuso rotundamente, ya que tenía escogido para ella a un valeroso guerrero Panatahua.Los jóvenes enamorados, desoyendo las palabras del curaca, huyeron hacia el lugar denominado Nunash y se instalaron en un pequeño palacete, ahí se atrincheraron. Cunyag, al saber que el padre de su amada se dirigía hacia Nunash con un poderoso ejército, instruyó al Pillco Huayta para que huyera y diera aviso a los Chupaychos, mientras él y los suyos le entablarían resistencia. La princesa concurrió rauda a cumplir la misión mientras el joven lo esperó dispuesto, incluso a sacrificar su vida. Su sorpresa fue tal, al ver al Amaru que guiaba al ejercito del curaca, Atemorizado, Cunyag huyó con dirección al lugar de su origen. El terrible Amaru, al ver que corría el mozo, levantó las alas y sentenció que se convirtiera en piedra.
Pillco Huayta - La Bella Durmiente
Pillco Huayta - La Bella Durmiente
Fue así que cuando contemplaba a su pueblo desde las alturas del Marabamba, sintió que lentamente su cuerpo se transformaba en piedra, entonces, viéndose perdido y antes que su cabeza se petrificara, con un grito que se escuchaba a muchas leguas, ordenó que Pillco Huayta huyera hacia la selva para librarse de la cólera de su padre. El Amaru, volteó el rostro hacia la selva, se levantó en ligero vuelo y al encontrar a la princesa a orillas de un caudaloso río, sentenció que se convirtiera en una enorme montaña para que la desobediencia de mabos jóvenes quedar a manera de una leccion para la posteriedad. Hoy, podemos apreciar a estas dos figuras en eterno reposo: a Pillco Mozo, en Huánuco y a Pillco Huayta (Bella durmiente), en Tingo María".

Pillco Mozo - Chupaycho Cunyag
Pillco Mozo - Chupaycho Cunyag

La Bella Durmiente, Pillco Huayta

Símbolo natural de Tingo María y que la leyenda la identifica como la princesa NUNASH, transmitida de generación en generación; la leyenda se refiere también a un joven llamado CUYNAC que atravesando la selva de los Huánucos, se enamoró de la princesa Nunash, los dos llegaron a amarse y Cuynac levantó un palacete en un lugar cercano a Pachas que le puso el nombre de Cuynash en honor de su amada. Vivieron un tiempo felices, rodeados de vasallos, pero su felicidad quedó truncada cuando fueron atacados por el padre de la princesa: Amaru, convertido en un monstruo en forma de culebra. Cuynac se valió de su hechicería y convirtió en mariposa a Cuynash y él se transformó en piedra. Ella en su nuevo estado, voló hacia la selva y retornó con ayuda para combatir al mounstro Amaru. Los enemigos fueron vencidos, Cuynac, entonces trató de recuperar su forma humana sin conseguirlo, pero ella si pudo retornar a su forma humana y buscó inútilmente a Cuynac.

LA BELLA DURMIENTE - Pillco Huayta
LA BELLA DURMIENTE - Pillco Huayta

Cansada se sentó cerca de la piedra en que Cuynac quedó convertido y ella se quedó dormida. Mientras dormía, escuchó en sus sueños la voz de su amado que decía: "Amada no me busques, mi voluntad fue pedir a los dioses que me convirtiera en piedra y mi pedido fue complacido y ahora soy sólo una piedra, destinada a permanecer en este estado para toda la vida. Si tú en realidad me has querido y me sigues queriendo todavía; deseo que permanezcas a mi lado toda la vida sobre este cerro y que en las noches de luna aparezca ante la mirada de la gente como la mujer en actitud de estar durmiendo". Nunash siempre en sueños, aceptó la propuesta de su amado y quedó convertida en piedra, lo que hoy es la figura de la "Bella Durmiente".